MES DEL MAR
MAYO MES DEL MAR
El día 30 de abril, el Comandante en Jefe de la Armada y miembro de la H. Junta de Gobierno pronunció el siguiente discurso por cadena de radio y televisión, con motivo de iniciarse, a partir del 1° de mayo, el Mes del Mar, que la «Revista de Marina» reproduce en su totalidad:
Compatriotas:
La Junta Militar de Gobierno ha resuelto declarar el mes de mayo, en que se conmemora una de las epopeyas más gloriosas de la historia naval de Chile y del mundo, como «El Mes del Mar».
Tenemos que reconocer que a pesar del pensamiento visionario de los forjadores de la patria, de los esfuerzos que en todo tiempo ha hecho la Armada Nacional con el propósito de señalar el destino marítimo de Chile y del determinismo geográfico de nuestra posición en el mundo y la configuración de nuestra patria, Chile aún no ha orientado, definido ni impulsado una política coherente y vigorosa hacia el Océano Pacifico, vale decir, no ha configurado una geopolítica que esté de acuerdo
con su naturaleza.
La Historia de la Humanidad enseña que por las rutas del mar, las principales naciones del mundo alcanzaron su prosperidad. Los pueblos antiguos debieron su grandeza a la conquista del Mediterráneo, que llamaron «mare nostrum». Pasados los siglos, españoles y portugueses, nuestros ascendientes, fueron las avanzadas del Renacimiento, que con la audacia de sus carabelas, extrajeron de las tinieblas de lo desconocido el magno y esperanzado continente que es la América actual. Más tarde, holandeses, franceses e ingleses, tejen por los siete mares la urdimbre de un tráfico tras el cual fructifica su comercio y se expanden sus imperios. Famosa es la frase británica «trade follows the flag», vale decir, el comercio sigue la bandera.
Esta verdad es incontrovertible y así el comercio siempre seguirá a la bandera.
Nuestro país fue conquistado, fundamentalmente, desde el mar. Los primeros bajeles europeos que surcaron por aguas que serían chilenas, fueron las naves de
Hernando de Magallanes, que en 1520, abrieran con la audacia de su rumbo esa vía austral que une los dos océanos más grandes del mundo.
El océano que descubriera y bautizara Vasco Núñez de Balboa como Mar del Sur, mirándolo desde el istmo de Panamá en 1513, para Hernando de Magallanes se presentaba como una infinita extensión que se abría ante su proa al terminar el histórico cruce del Estrecho, mar inmenso que lo invitaba a avanzar hacia el oeste. Después de mil penurias en las que perdiera la vida, terminó la nao «Victoria» con Sebastián El Cano su gloriosa aventura en las riberas de su tierra madre con un puñado de hombres maltrechos, que cumplieron por vez primera la circunnavegación del globo terrestre. Vale decir, que la costa y el mar chilenos están íntimamente ligados a la mayor hazaña marítima de la humanidad.
Don Pedro de Valdivia, el ilustre conquistador, comprendió desde el inicio de nuestra existencia, la necesidad de que esta tierra recién descubierta fuese y tuviese un medio de comunicación a través del mar. Fue el animador de la expedición de reconocimiento de Francisco de Ulloa al Extremo Austral y el inspirador de las que realizaron más tarde Ladrillero y Cortés Ojeda. lnnúmeros son los testimonios de la preocupación de la Corona española por mantener una Armada en estas costas para que resguardase vigilante el largo perfil del Reino de Chile contra la incursión de los piratas extranjeros.
La República, junto con sus primeros ideales, señaló el destino marítimo de Chile. José Miguel Carrera se preocupa en Estados Unidos de armar una Escuadra y demostró, con el pensamiento y con la acción, su voluntad de hacer. Bernardo O’Higgins forma la primera Escuadra Nacional, que comandada por la pericia naval de un Lord, el más grande, Lord Cochrane, llevará el soplo de libertad a la tierra hermana del Perú y cumplirá así con un compromiso sublime de fraternidad americanista.
Tenía razón el Padre de la Patria, al decir desde el Alto del Puerto: “De estas cuatro tablas penden los destinos de América». Esas cuatro tablas, animadas por la voluntad y el esfuerzo del pueblo de Chile, fueron las que afianzaron la independencia de toda nuestra América.
La Vocación Marítima
Sin embargo, esta vocación marítima de Chile, alumbrada por relámpagos de tan memorables episodios, en los que se demuestra el heroísmo y la capacidad náutica de los chilenos, se adormece en las épocas de la anarquía. Pero la vocación proseguía viva, bullente en el desvelo de Bernardo O’Higgins, quien desde su ostracismo, incansable, permanente, enfila su ilusión por los mares del sur. Es él quien inspira la fundación del Fuerte Bulnes, afianzando definitivamente nuestra soberanía en el extremo austral del continente… Pasa el tiempo y Diego Portales, el genial Ministro estadista, es quien reaviva la adormecida vocación naval de Chile y le da un nuevo impulso. En aquellas épocas nuestro país tenía una débil estructura
económica; empero, con sacrificio, con ingenio. con audacia y sobre todo gracias a la trascendente visión portaliana. se forma una Armada Nacional, bajo cuyo seguro amparo se desarrolla y crece una Marina Mercante que se extiende por todo eI Pacífico y la Oceanía. Es entonces cuando el peso chileno circula por la Oceanía como el dólar. Llegamos así a constituir el mayor poder naval de nuestra América,
que coincide también con la época de mayor auge de Chile.
En este mes de mayo que se inicia, evocamos, como un renovado sacramento patrio, la sublime inmolación de lquique. En esa epopeya del coraje y del extremo sacrificio, están simbolizadas todas las acciones navales que cubren los fustes de nuestra Armada Nacional y los nobles atributos morales de un pueblo que no sólo sabe vivir heroicamente, sino que morir con gloria, para renacer más pujante.
Hemos querido glosar a grandes rasgos algunas enseñanzas históricas y las posibilidades que de un adecuado desarrollo marítimo se desprenden, para destacar, en esta hora de la verdad de Chile, la ineludible tarea de crear una conciencia que nos otorgue en el porvenir un seguro destino de progreso, que sea consecuente con nuestra geografía y nuestras glorias pasadas.
Jamás los chilenos debemos olvidar que cuando se puso debido énfasis en una adecuada política marítima, se afianzó nuestra soberanía; se aumentaron los intercambios comerciales; se consolidó la economía íntegra y se expandió la influencia cultural de Chile en los países ribereños del Pacífico. Mas, todo ello, que con tanta visión y sacrificio se conquistó al promediar el siglo diecinueve, se perdió luego por falta de una política definida hacia el Pacífico que pudiese concertarse en el siglo veinte.
Válidas las Razones Portalianas
En esta hora de las rectificaciones, hemos decidido resueltamente proponer a los chilenos, como meta, la reconquista de nuestro Océano, base cierta sobre la cual podremos hacer descansar la grandeza futura de la República. Resultan absolutamente válidas para la hora actual, las razones portalianas que movieron a Chile hacia el Pacífico en el siglo pasado. Utilizando los grandes avances de la técnica naval, que acorta las distancias y el prodigioso desarrollo aéreo, que prácticamente las elimina, vuelve a ser vigente la aplicación de una política para la cual Chile cuenta con su ubicación privilegiada; con la enorme extensión de su costa; la soberanía sobre un Estrecho que es llave de los más grandes océanos del mundo y una isla en el medio del Pacífico, trampolín hacia el Oriente, cargado de seres humanos.
Hoy ya nadie duda que se está cumpliendo el vaticinio spengleriano. El curso de la Historia toma rumbo hacia el Oriente, pasando por Occidente, teoría avalada por Hausshofer, geopolítico alemán de todos conocido, quien predice que antes de fines del año 2.000 el centro del poder político estará en el Pacífico. Y cuando era Agregado Militar alemán en el Japón, dice que Chile es un país auténticamente ribereño y potencia del Pacífico.
El desarrollo de la cuenca de nuestro Océano es sorprendente. Los países que concurren a ella son los que mayor gravitación tendrán en el mundo futuro. Allí están Canadá, Estados Unidos. Rusia, Japón, China, Australia y Nueva Zelandia: tanto por el potencial de sus enormes poblaciones que constituyen los dos tercios de todo el mundo, como por su desarrollo económico y científico son y serán los que plasmarán el futuro del mundo del 2.000.
El Comercio en el Pacífico
Chile, con sus 2.300 millas de costas en el Pacifico y sus estratégicas pertenencias en la Antártida, igualmente que las oceánicas, está en vecindad cada vez más estrecha con estos colosos del Pacifico. De acuerdo con las estadísticas -que no siempre es agradable mencionar- pero que vale la pena recordar el comercio en el Pacífico ha aumentado desde 1958 a 1968 de 9 mil millones de dólares a 30 mil millones de dólares. Esto ha proyectado ya un área libre del comercio del Pacífico de ilimitadas capacidades.
El propio Chile ha multiplicado sus exportaciones al Japón. Como un ejemplo, de 48 millones en el año 1963, a 128 millones en el año 1968 y el futuro ofrece más. Igual sucede con otros países de este Océano. Para todo aquello se requiere transporte marítimo a través de este mar inconmensurable. A esto debemos agregar que el propio mar es ya una fuente de riqueza que día a día se incrementa con el avance de la técnica y de la ciencia. En 1960, nuestro país en productos extraídos del Pacífico entre pescado congelado, seco, salado, etc., no exportaba más de 3 millones 500 mil dólares. En 1968 esta cifra se eleva a 27 millones de dólares y podemos afirmar, con absoluto conocimiento, que recién empezamos a explotar estos recursos nacionales.
La mayor riqueza de nuestro océano es la potencial. Constituye nuestra obligación
acercar el día en que Chile pueda realizar la explotación de su propio mar, de los grandes yacimientos de hidrocarburos, de los nódulos de manganeso, etc., que significa nada más que aumentar nuestros propios recursos naturales, sin tener que tocar los que tenemos en el continente. Asimismo, podemos afirmar que está prácticamente virgen la explotación de la flora y la fauna marítima de Chile. A las especies tradicionales hay que agregar especialmente una, la explotación del kril, crustáceo que tal vez por primera vez oís ese nombre hoy día, que abunda en la Antártida, de gran valor proteínico, base de alimentación no sólo para Chile, sino que tal vez para todo el continente. Esa es una de nuestras riquezas que yacen inexploradas.
Camino de la Cultura
Mas, el Pacífico no sólo es una ruta de progreso, un depósito de materia para Chile: es también un camino de expansión de su cultura. En el pasado ya ella se proyectó en un flujo de nuestros institutos culturales universitarios y de nuestras Fuerzas Armadas que mantuvieron una presencia viva del espíritu de Chile, y que aún se mantiene en los centros intelectuales castrenses de los países hermanos del Pacífico Sur y centroamericanos.
Para hacer efectiva esta política de reorientación del chileno, hacia la conquista de su propio ámbito marítimo, la incorporamos como una de las «idea-fuerza» que sostendrán la armazón doctrinaria de acción y conducta de nuestro Gobierno. Por eso, nuestro anhelo es exponer este pensamiento intrínsecamente nacional y portaliano, a fin de que se difunda en toda su amplitud esta verdad tan chilena.
Propiciamos que en el seno de las universidades y otras aulas de altos estudios, hasta en los colegios primarios, exista una permanente preocupación por el tema marítimo; queremos hacer conciencia en forma clara, directa y convincente, de la necesidad de dar contenido a la esperanza del pueblo, mediante una profunda acción de progreso en el Pacífico. Desarrollar paralelamente con nuestra Armada -proa acerada y gloriosa de nuestra voluntad soberana- una Marina Mercante de millones de toneladas, que sea capaz de transportar la inmensa masa de materias
primas y elaboradas que producirá y consumirá nuestro pueblo. Es también un propósito definido el dotar de mayor capacidad a la industria de astilleros, con énfasis en su calidad de reparación y de mantención, para que podamos irnos liberando de toda dependencia, y constituyamos una fuente de divisas, donde junto a nuestras materias primas, vendamos ingenio y trabajo chilenos. Es asimismo nuestra voluntad, desarrollar al máximo nuestra aviación comercial, a fin de proyectar las alas de Chile hacia las otras riberas del Pacífico, enlazando la Isla de Pascua con las rutas lejanas de Oriente y a Punta Arenas a través del Polo con Nueva Zelandia y Australia, la gran Isla Continente.
Todo esto no es un sueño. No es más que la continuación de los anhelos visionarios de los que nos forjaron en el remoto pasado: de los Padres de la Patria, que consolidaron nuestra República y nos señalaron rutas de superación hacia el porvenir. El Gobierno de Chile, inspirado en las más puras esencias patrióticas, en los postulados doctrinarios de un nacionalismo integrador y dinámico, y amparado por el temple de sus Fuerzas Armadas y del definitivo respaldo de un pueblo inteligente, capaz e intrépido, cumplirá tan altos fines, incorporando el ámbito del Océano Pacífico a la vida nacional: esto será como una de las partes más ricas en
beneficios espirituales y materiales para el cuerpo y el alma del Chile nuevo.
Este es el verdadero propósito de que hayamos decidido propiciar un mes dedicado al mar. Ansiamos que todos los hombres de Chile, de todos los sectores sociales, no sólo comprendan sino que compartan estas ideas matrices surgidas de nuestra realidad nacional. No son ideas injertadas, son ideas propiamente chilenas. Creemos que ha sido un prolongado error que ha provocado funestas consecuencias, el hecho de que el chileno se haya quedado, en su inmensa mayoría, apegado a la existencia muelle de un valle hermoso, pero estrecho, con la visión limitada por la pared pétrea de los Andes, que lo aislaba de su propia dimensión geográfica, a la cual pertenece. Es necesario, más que ello, imperioso, que dé espaldas a esa limitación en que vive, derrame su mirada por el horizonte infinito del mar en el cual su esfuerzo, su inteligencia y sus ideas, le irán abriendo rutas de entendimiento, de amistad y de comercio con las naciones más pobladas del mundo. La imaginación se ensanchará y las proas de los barcos y las alas de los aviones serán una avanzada de chilenidad; es decir, de cultura, de paz y de progreso, allende los mares, frente a otras riberas, a otros continentes.
Mes de Evocación y Desafío
Este mes de la evocación y el desafío, con la esperanza puesta en nuestro mar, se inicia el día primero con la conmemoración del centenario del lnstituto Hidrográfico de la Armada. Esta noble institución ha cumplido con abnegación y espíritu de perfeccionamiento las labores de apoyo más importantes para el mantenimiento y desarrollo de la navegación en los mares de Chile.
Son ellos los que han transformado en cartas de navegación la geografía tal vez más difícil del mundo y que mantienen encendidas hasta en las más apartadas y borrascosas latitudes, los faros que señalan las rutas seguras a los barcos de todas las banderas del mundo que surcan nuestros mares. Vaya para ellos, en esta víspera de sus 100 años de vida al servicio de Chile. nuestro reconocimiento como Jefe, y nuestra gratitud de marino y de chileno.
El próximo día 2, como un símbolo de la nueva luz que irradia nuestra tierra liberada de todas las esclavitudes extranjerizantes, se inaugurará el Faro de Punta Ángeles, segundo en el mundo en potencia luminosa, que desde ese día emitirá sus rayos para orientar a los navegantes y señalar a ellos que aún en medio de las tormentas, encontrarán en la costa chilena un puerto seguro donde recalar en paz y fondear en confianza.
Durante todo el mes de mayo, en forma constante y sucesiva, se realizarán actos culturales para que nuestro pueblo pueda conocer a través de la sensibilidad de nuestros mejores artistas, las obras relacionadas con el mar y los hechos más sobresalientes de nuestra historia náutica. En las universidades, institutos de altos estudios y colegios, se darán conferencias de especialistas sobre temas marítimos, a fin de informar e interesar al chileno por los problemas del mar e incentivar su ánimo en la bella y viril aventura que se ofrece a cualquier chileno que desarrolle sus actividades sobre el lomo de las olas. La Armada Nacional estará presente en cada uno de estos festejos, y nuestros buques abrirán sus claustros de acero, donde se vela la soberanía de Chile, para recibir al pueblo, especialmente a nuestra juventud, para que conozca de los trabajos que, con disciplina y técnica, cumplen estos servidores de la Patria.
Todos estos actos culminarán el 21 de mayo, fecha en que el recuerdo de Chile se pone de pie, para rendir homenaje emocionado de gratitud a los héroes de la Epopeya de Iquique. No se agotará jamás fa inspiración de los poetas, ni la emoción de todos los chilenos, en la recordación del sacrificio de esa mañana del 21 de mayo en la rada nortina. La sangre marina que tiñó el Pacífico, dejó en nuestro mar arreboles de aurora. Cada 21 de mayo renace Chile. Nuestra alma se ensancha con el aura de gloria de los que se inmolaron en la “Esmeralda», pero lo hicieron para dejarnos un ejemplo imperecedero de dignidad ciudadana y amor a la Patria.
El Comandante en Jefe de la Armada y miembro de la Junta de Gobierno que os habla, os pide confianza en estos momentos decisivos en que Chile renace. Os pide unidad en torno a sus mandatarios, que se desvelan por daros seguridad en nuestras fronteras, bienestar en vuestros hogares, nuevas posibilidades en vuestro trabajo y nuevos alicientes para que vuestros sueños puedan llegar a ser una feliz realidad tanto de vosotros como de vuestros hijos. Animados de una profunda convicción, os invitamos a participar en todos estos festejos, pues sabemos que una
larga y probada experiencia nos dice que la clave del destino de Chile está en la conquista integral de ese mar que «nos promete un futuro esplendor'».
Fuente: Revista de Marina N° 3/1974. Publicado el 1 de junio de 1974
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