MÁRTIR ANTÁRTICO
CAPITÁN DE CORBETA DC. SR. PEDRO GONZÁLEZ PACHECO (03.AGO.1922 – 09.ABR.1961) – MÁRTIR ANTÁRTICO.
Carlos Saldivia Rojas
Suboficial Mayor
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Pedro GONZÁLEZ Pacheco nació en Curanilahue, provincia de Arauco, el 03 de agosto de 1922. Se educó en la escuela del histórico pueblo de Cañete y culminó sus estudios secundarios en el Liceo de Hombres de Concepción, años más tardes estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad de Chile.
GONZÁLEZ se presentó al concurso de admisión al Curso Especial de Cadetes de Defensa de Costa en el puerto militar de Talcahuano, a comienzos de 1943. Simultáneamente se estaba desarrollando otro en Valparaíso y de los postulantes de ambos surgió un curso de dieciséis cadetes navales, once de los cuales, en un extraordinario esfuerzo de trece meses, lograron graduarse de Guardiamarinas el 16 de Junio de 1944, día Aniversario del Cuerpo denominado entonces de Defensa de Costa y actualmente, de Infantería de Marina.
Tras un breve período como alumno en curso de instrucción a bordo del crucero “Chacabuco”, es transbordado al Regimiento DC Nº 3 “Almirante Condell” con sede en Valparaíso, al que pertenece durante dos años. Posteriormente es destinado al Grupo de Artillería Antiaérea Nº 16 en Viña del Mar.
Dos años después, en 1949, es autorizado para proseguir sus estudios en pedagogía, suspendidos al ingresar a la Armada y, en 1951, obtenido ya el título de Profesor de Estado en Castellano, vuelve al Grupo AA (M.) Nº 16 para desempeñarse como Comandante de Batería, requisito reglamentario para su ascenso al grado superior.
Cumplido tal cometido es destinado como Oficial Instructor a la Escuela Naval “Arturo Prat”, cargo que desempeña con acierto y brillo durante tres fecundos años.
Por sus estudios pedagógicos se le había otorgado en 1952 el título de Especialista en Instrucción y, posteriormente, el de Técnico en Educación, condición que lo marginaba del curso normal de una carrera como Oficial de Armas y las correspondientes distinciones y responsabilidades del mando militar. Ante esta circunstancia, ascendido desde 1953 a Teniente 1º, su espíritu profesional se siente frustrado y plantea la situación de no ser considerado técnico sino continuar su carrera normal. En 1954 logra, al menos momentáneamente, que se regularice su situación y es así como se deroga el decreto respectivo.
Al año siguiente es destinado a la Escuela de Defensa de Costa para efectuar el entonces llamado Curso Regular, exigible para un posterior ascenso y permanencia en el servicio de armas y de mando. Sin embargo, luego de un semestre y antes de terminar el curso, debe finalmente aceptar la beca que su propia excelencia académica había conquistado durante sus estudios en el Instituto Pedagógico y parte a España para perfeccionar sus estudios en educación.
Estudia por más de un año en la Universidad de Madrid y en el Instituto Psicotécnico de Barcelona, regresando a Chile a fines de 1956, no sin antes permanecer embarcado en el Buque Escuela “Esmeralda” durante su periplo por el Mediterráneo.
Vuelto al país, es destinado como Instructor en la Escuela de Defensa de Costa y, al año siguiente, es transbordado con iguales funciones a la Escuela Naval “Arturo Prat”.
En 1959 cumple transbordo a la Dirección de Instrucción de la Armada, donde se desempeña por año y medio, cumpliendo en dicho lapso una comisión de estudio a la Escuela Naval Norteamericana de Anápolis.
Su infatigable tesón por desempeñar puestos de mando militar, junto con otros factores, le llevan a postular al cargo de Comandante de la Base Naval “Arturo Prat” en la Antártica, el que le es asignado para el año 1961 y el que asume el 26 de Diciembre de 1960, junto con el de Gobernador Marítimo del Territorio Antártico.
El 9 de abril de 1961, ocurrió un accidente en que falleció trágicamente el Capitán GONZÁLEZ, mientras se desempeñaba como comandante de la Base Naval Antártica “Arturo Prat”, perdiendo la vida trágicamente mientras cumplía con una labor que se realiza constantemente en esta base antártica, como es la observación glaciológica, mientras ascendía al Picacho “López”, monte ubicado en el sector Sur-Este de la isla Greenwich, ocasión en que resbaló, cayendo al ventisquero “Cornisa”, falleciendo pese a los grandes esfuerzos que realizó su dotación por brindarle los primeros auxilios, convirtiéndose en mártir para la historia de la antártica chilena y en especial para la Base Naval Antártica “Arturo Prat”.
Llegado el tiempo, formó su propia familia, su gentil esposa supo darle no sólo siete hijos, el menor de ellos no llegó a conocer a su padre.
El Capitán GONZÁLEZ fue una figura excepcional que tuvo la particularidad de manifestar en plenitud facetas muy distintas, aunque complementarias, de su vigorosa personalidad, y supo equilibrar todos sus atributos y conciliar sus variadas percepciones, sin desconocer ni ocultar sus humanas imperfecciones, pero respetando siempre sus valiosas convicciones.
Fue sencillo, distinguido y altivo; orgulloso de sí mismo, de su estirpe, de su tierra y de su Patria; cordial con sus compañeros y con sus subalternos; bondadoso con sus colegas y sus alumnos; deferente y franco con sus jefes; amante de su hogar; analítico y crítico de las estructuras inadecuadas y de los métodos anacrónicos, para cuya corrección puso toda su sapiencia e influencia; colaborador incansable y entusiasta promotor de modernizaciones; apasionado como pocos; romántico como ningún otro.
En la Armada, su huella como Maestro es imborrable. El notable progreso que hoy exhibe la Institución en esta área de su preparación integral, contó en sus inicios con la sabia asesoría y el incesante esfuerzo personal de Pedro González Pacheco. Una sala de clases en la Escuela de Infantería de Marina en la cual fue Profesor en varias oportunidades, lleva su nombre.
En el campo civil también fue un profesor destacado y se granjeó el afecto de cuantos aquilataron su valer profesional y personal. Por Decreto Supremo, lleva su nombre el Liceo de Quinta Normal en Santiago. Además, de este reconocimiento oficial, sus colegas, alumnos, padres y apoderados de la comuna, han erigido en la sede de dicho establecimiento educacional, un busto de bronce con su efigie, testimoniando así la adhesión y el recuerdo a su brillante desempeño como Maestro.

Fuentes consultadas:
2. Pedro González Pacheco, Legión de Infantería de Marina, Publicaciones Históricas.
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